
El amor es un estado de conciencia dentro del Ser. Es una de las caras de la moneda del Juego de Vida. La otra cara es el miedo.
El estado de amor es maravilloso, brutal, mágico. Te permite tomar decisiones en situaciones y ante problemas desde este estado. Y tus resultados son totalmente diferentes que si lo haces desde del miedo. Es ese “poder especial” que si lo entrenas cada jornada, tus días cambian y tus resultados y éxitos se hacen imborrables. Una de las leyes universales de las que suelo hablar en mi blog (www.consultasergiosaiz.com) es la ley de dar y recibir, que también se puede aplicar en el amor.
Da siempre con amor sin esperar nada a cambio. No te canses de dar porque el universo ya sabe que lo estás haciendo y te lo va devolver. Mucha gente sólo está dispuesta a dar cuando le va a ser devuelto de inmediato eso que da. A estas personas siempre les digo lo mismo: da y espera, fluye y no te preocupes. Cuando menos te lo esperas, el universo te lo devuelve y multiplicado por mil. Pero si estás esperando que te lo reintegren inmediatamente, te confundes porque dejas de fluir y pasas a sufrir.
Al igual que hay que ser bueno dando amor, también hay que ser bueno a la hora de recibir amor. Siempre que te den con amor, abre los brazos y deja que el amor entre en tu vida y en tu Ser. Y luego tú decides qué quieres hacer con ese amor y cómo gestionarlo en tu Vida. Si cortas el flujo de la energía del amor es como si le negases la entrada a esa energía en tu vida. Por lo tanto, el círculo energético del amor (de dar y recibir) tiene que estar abierto en tu Ser; tiene que ser fluido y armónico.
Cuando este círculo está asentado dentro de tu vida, todas tus decisiones y acciones son armoniosas y parece que te encuentras en una nube. Además afrontarás los días con una energía diferente en tu Ser. ¿Quieres tener esa energía del amor fluyendo dentro de ti?
Ejercicio básico: escribe 3 situaciones en tu vida en las que hayas decidido desde el amor y comprueba los resultados. Verás que no tienen nada que ver cuando lo ejecutas desde el miedo.
Ahora para y observa cómo fueron tus resultados en 3 situaciones que decidiste desde el miedo. ¿Te gustaron? Sospecho que no. Por lo tanto, reacciona y avanza en tu Juego de Vida desde el amor y no desde el miedo, tu crecimiento personal y profesional serán completamente diferentes.
Actuar desde el amor es un estado de conciencia.
Mira la escalera de la conciencia desde arriba, en la planta más alta y observa todo lo que sucede abajo. Seguro que no quieres descender de nivel.
Siéntete resplandeciente: brilla desde arriba y que todo el mundo que te mire quiera estar en ese lugar. Sólo debes decirle en voz alta, ¡VIVE DESDE EL AMOR Y DESDE EL AGRADECIMIENTO, y por favor sonríe a la vida!
Invierte en ti. Crece Conmigo.