Es probable que millones de personas no sepan que le deben su vida a un error.
Y no, no me estoy refiriendo a que sus padres no hubieran previsto (o deseado) su llegada a este mundo, ni que sus concepciones hubieran sido fruto de un desliz.
Me estoy refiriendo al origen de la penicilina.
Cuando te aseguro que hay errores que pueden salvarte la vida, no se me ocurre un mejor ejemplo que el este antibiótico que, desde que fue descubierto, ha salvado la vida a un sinfín de personas. Y que puede que no se hubiese descubierto (hasta mucho tiempo después) si el doctor Alexander Fleming no se hubiera olvidado de limpiar su laboratorio antes de salir de vacaciones aquel mes de septiembre de 1928.
También me gusta pensar que El Gran Juego de la Vida, el libro en el que recojo las enseñanzas que obtuve a partir de los muchos errores que he cometido en mi partida, puede ayudar a SALVAR MUCHAS VIDAS.
No hay nada que enseñe más que equivocarse
Experiencia es el nombre con el que bautizamos a nuestras equivocaciones. No se equivoca el ave que ensayando el primer vuelo cae al suelo. Se equivoca aquel que, por temor a caerse, renuncia a volar.
Ya lo decía Albert Einstein:
los que nunca han cometido errores
es porque nunca han intentado hacer cosas nuevas y diferentes.
Nacimos para equivocarnos, no para fingir ser personas perfectas. El verdadero aprendizaje está en equivocarte. Pero, como digo siempre: equivócate pronto y barato, y avanza en El Gran Juego de la Vida: no te detengas a pesar de equivocarte. Avanza, que nada te detenga. Y analiza tus errores: te harán continuar en tu partida de una forma más firme, segura y precisa.
Tus aciertos te harán más fuerte, sin duda, en cada paso que des. Por eso recuérdalos para obtener energía de ellos cada día. Desde aciertos o éxitos pequeños, hasta los triunfos más grandiosos contribuirán a recargar tu batería interior.
Enganchados en lo negativo
La mayoría de los seres humanos nos quedamos enganchados en el fracaso, en nuestras derrotas. Y entramos en lo que denomino como “la carrera de las ratas”. Damos vueltas y más vueltas sin movernos en realidad del mismo lugar. Y no conseguimos salir de ahí.
El 87% de nuestros pensamientos son negativos,
y sólo el 13 por ciento son positivos a lo largo del día.
¡Y pasan por nuestra mente más de 60.000 pensamientos diariamente!
Y muchos de ellos se repiten.
Por eso estamos continuamente corriendo en esa carrera de las ratas: enganchados en lo negativo. Así que ¡para YA! Empieza a gestionar tus pensamientos negativos y a transformarlos a signo positivo. No te preocupes, sí se puede. Sólo debes saber cómo jugar y encaminarte correctamente por el sendero de la consciencia. Si te atreves a iniciarte en él, te propongo dos planes infalibles:
- Mi libro, EL GRAN JUEGO DE LA VIDA, a lo largo del cual te muestro cómo hacerlo.
- TRANSFÓRMATE Y BRILLA, mi Programa Premium gracias al cual decenas de personas han conseguido alcanzar sus mejores versiones aprendiendo de sus errores. Pero no dejes que te lo cuente yo: Disfruta de sus testimonios haciendo clic en este enlace.
Todo es energía
Como te he comentado en otras ocasiones: todo es energía.
Y, cuando digo todo es todo.
Por eso has de obtener el máximo de energía en cada casilla de El Gran Juego de la Vida: salud, trabajo, finanzas, deportes, hobbies… Todos estos aspectos, bien enfocados, recargarán tus baterías.
Sólo necesitas aprender a combinar los ingredientes con las tres variables: energía, tiempo y dinero para, a partir de ellas, “cocinar” una gran pócima mágica de la que beber cada día.
¿Estás preparado/a para aprender a cocinar la pócima mágica, y a saber cómo y cuándo beber de ella?
¡Pues venga, ponte tu traje de combate y escríbeme a info@consultasergiosaiz.com, porque esto no ha hecho más que comenzar!
Un poquito mejor cada día
En este, como en todos los juegos que se conocen, existe una parte de competitividad. En El Gran Juego de la Vida compites contra ti mismo/a, con el objetivo de convertirte en mejor persona, de manera que estés en disposición de contribuir con tu energía, con tu tiempo y con tu dinero a construir un mundo mejor. Uno en el que las personas que lo formamos seamos cada día un poquito mejores.
En El Gran Juego de la Vida, por tanto, necesitas rodearte de los mejores compañeros de viaje que vayas encontrando a lo largo del tablero: serán personas que se acepten, que se quieran y que avancen en su propia partida del mismo modo que lo haces tú.
Pronto comprobarás que ese tipo de persona no abunda. Esto no debe preocuparte. Como tampoco el hecho de que entre vosotras existirá un tipo de competición “diferente”. Pues, a pesar de que os juntaréis, colaboraréis y os ayudaréis mutuamente a buscar continuamente la Felicidad, competiréis por convertiros en mejores personas y dar vuestra mejor versión cada día.
Estas personas brillan de forma diferente hacia el exterior, como si tuvieran una magia interna que les ilumina. Y su objetivo en El Gran Juego de la Vida –como ha de ser el tuyo- es convertirse en mejores personas y mejores profesionales cada día.
Para lograrlo se sirven de la práctica constante de Kaizen: una técnica milenaria que consiste en esforzarse un poquito cada día por realizar un mejor desempeño en cada una de las casillas de El Gran Juego de la Vida.
Por si te apetece averiguar algo más acerca de Kaizen, aquí te dejo este vídeo de mi canal de YouTube.
[…] Como comentábamos recientemente en otro artículo del blog, hay errores que pueden salvarte literalmente la vida. Por lo que reconocer nuestros fallos es, sin duda, la mejor oportunidad que tenemos para optar a una versión mejorada de nosotros mismos. […]
[…] Como comentábamos recientemente en otro artículo del blog, reconocer nuestras limitaciones, nuestras carencias y nuestros fallos es la mejor oportunidad que tenemos para optar a una versión mejorada de nosotros mismos. […]