Hace tiempo mi vida dio un giro inesperado. Un 28 de agosto, fecha que no olvidaré nunca, cambió parte de mi Juego de Vida.
Recuerdo que ese día llovía.
Tuve que hacer frente a una de las peores noticias que he recibido en mi vida. En 3 minutos me derrumbé y lloré como nunca. Pero inmediatamente nos pusimos manos a la obra. Fue una semana intensa: pruebas, analíticas, BIO descodificación… Hasta el domingo 3 de septiembre que ingrese en el “hotel” y, ese mismo lunes, temprano, me intervinieron. A partir de ahí comenzó mi postoperatorio, que fue tan bueno que hasta los propios urólogos se sorprendieron.
Reconozco que hasta ahora he vivido muchas emociones y pensamientos en mi cuerpo de todo tipo: he llorado, me he reído, he padecido dolores de cabeza que no había experimentado nunca. Pero lo que jamás he perdido han sido las ganas de vivir y estar aquí con vosotros.
Si os cuento todo esto es para mostraros la enorme roca que me encontré yo obstaculizando mi camino. Y, desde mi testimonio personal, os animo a que, cualquier piedra que os encontréis en vuestro recorrido, os apoyéis sobre ella para ganar impulso. Porque todo en la vida tiene una intención positiva. La vida me ha dado una segunda oportunidad de seguir este Juego y la voy aprovechar al máximo.
Si tenéis un sueño, ¡perseguidlo! Este es el Juego de la Vida: que nada ni nadie os pare. Es vuestra responsabilidad hacer porque se cumpla: dar el 100% y ponerle dirección y emoción. El Universo estará con vosotros y sentiréis esa plenitud y paz en vuestro ser.
Invierte en ti, Crece Conmigo.